Por la calidad tan íntima de la relación de Dios con nosotros en la Biblia nos encontramos con sentimientos quizás demasiado crudos, con situaciones quizás demasiado violentas, con engaños crueles, con fracasos de fe, pero también con la esperanza y la confianza perenne del pueblo de Dios hacia el amor y la fidelidad eterna de su Dios. Cuando leemos y estudiamos la Biblia en nuestros días, separados por miles de años de cuando se escribió o de los tiempos a que se refiere, quizás encontremos extraño
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